Juan, junto a un grupo variopinto, trata de hacer un fuerte ante la amenaza zombi. Pero, ¿quiénes son los zombis en realidad? ¿Los líderes ‘atacantes’ de un pueblo, Estados Unidos, o el pueblo ‘atacado’ –o que quiere ‘atacar’–? Ya son 50 años de la revolución cubana –se recalca en la publicidad de la película–, ¿surge una nueva, la de los zombis?Hay que ir a ver la película, que cada uno saque sus propias conclusiones, que eso es lo lindo del cine, que uno hace una película, pero no es necesariamente la que tú descubres al verla. Así que vamos a dejar esta para los espectadores.
Quienes decidan sentarse en una butaca para ver Juan de los muertos podrán seguir al mismo Juan, su hija Camila, Lázaro, el hijo de este, Vladi, un travesti, un fortachón que le tiene pavor a la sangre y otros más, incluyendo, claro, al extenso grupo de muertos vivientes. Juan, desde su trinchera, y de una manera peculiar, enfrentará esta plaga zombi valiéndose, entre muchas otras cosas, de un eslogan: ‘Juan de los muertos, matamos a sus seres queridos’. Llegará un momento en que la situación, en el filme, es insostenible y queda, tal vez, como último recurso, hacer algo no tan alejado de la ficción en Cuba: tirarse al mar para huir de la isla.
«Los cubanos tienen básicamente tres formas de enfrentar los problemas: ponen un negocio; se acostumbran y siguen con sus vidas; o se tiran al mar y huyen», escribe en la web de la película. ¿Cómo enfrenta usted sus problemas? Yo nací en Argentina pero soy cubano. Nunca tuve nacionalidad argentina. Nací ahí porque en ese momento mis padres trabajaban ahí, pero el año 1976 no era un buen año para nacer de padre cubano. He vivido aquí en Cuba la mayor parte de mi vida. Y los problemas los enfrento como único sé hacerlo: haciendo películas. Aunque la verdad, necesitaría tres vidas para abarcarlos todos, pero se hace lo que se puede.
¿Qué fue lo más ágil y, asimismo, los factores que pudieron estancar –o estancaron en algún momento– la realización de la película? Nunca nada la estancó. ‘Juan’ fue un proyecto que siempre, desde el principio, estuvo en constante movimiento. Nunca fue especialmente “ágil”, iba más bien a paso de zombi, porque era una película muy compleja y nunca se había hecho nada similar aquí en Cuba, así que hubo muchas cosas que llevaron su tiempo, desde el modelo de financiamiento hasta los efectos y el maquillaje en cada día de rodaje, pero siempre fue todo hacia adelante. Y ahora, por supuesto, uno recuerda solo los momentos bonitos. Mejor seguimos así.
Usted afirmó que con esta cinta se ha abierto una puerta para el cine independiente de Cuba. ¿Ya hay otro proyecto de su autoría en camino? Proyectos hay varios. Vamos a ver cuál sale primero, uno nunca sabe en esta profesión. No te cuento de qué van por pura superstición, pero quiero seguir haciendo cine de género, porque es muy divertido. Eso sí, la siguiente no será de zombis. Vamos a ver qué se me ocurre para hacerla todavía más complicada.
Fuente: Diario El Universo.