Desde la simple encuesta, pasando por la tendencia de opinión pública, el discurso oficial, la declaración de los analistas y opinadores hasta llegar a una especie de consenso, el actual gobierno llegó al país con una aureola de transparencia para “rescatar de la corrupción”. Con ese sino el mandatario y su gabinete, los operadores políticos, líderes y dirigentes, así como la militancia de Alianza PAIS que se quedó junto al presidente Moreno, justificaron todo tipo de acción, palabra acusación gesto y mala broma, para decir que “ellos eran los limpios, y los malos fueron los otros, los del correismo y el anterior gobierno”. Se dieron desde entonces denuncias escandalosas, algunas de ellas sin sustento ni prueba, pero que hicieron masa crítica para señalar a sus propios excompañeros, y en varios casos fueron ellos, como funcionarios anteriores, en condición de actores o partícipes de los actos que denunciaron de manera cínica los que hicieron todo ese ambiente indeseable del griterío anti corrupto.
Pero, desde esta semana Ecuador soporta una denuncia que le acusa al régimen de Lenín Moreno, a partir del primer año de mandato, de ser un “gobierno vende-cargos” a un precio de mejor postor. El tema sumió en una suerte de búsqueda de detalles de este escándalo de corrupción y encontró una referencia en lo expresado por el ministro de Agricultura, Rubén Flores, quien en un acto del pasado 21 de mayo tras ser ratificado en su cargo por el presidente Moreno, defendió su gestión y dijo que algunos deseaban su puesto ministerial y que han llegado a pagar hasta un millón y medio para reemplazarlo a él. Nadie sabía a qué se refería hasta que salió a luz la revelación cruda y real.
El pasado 6 de junio de 2018, marca para la historia un nuevo escándalo, pero este tiene todo el ribete de crítico en grado extremo, toda vez que se ha llegado al nivel tecnológico de “robar con recibos y testimonio propio” lo cual eleva la culpa directa del régimen y sus actores. Fue ese día que circuló en las redes sociales una conversación entre el asambleísta Patricio Mendoza (Ex CREO-SUMA), quien arranca en tono de conversación a un individuo de nombres Rubén Olivo, una declaración que asegura haber comprado el cargo de ministro- no define cual- por la suma de un millón, quinientos mil dólares, y que pronto se posesionará en el gabinete del presidente Lenín Moreno Garcés. Sí, así tal cual lo leen, la corrupción en el régimen habría llegado tan lejos que el individuo relacionado en el escándalo no tuvo ningún problema en ponerle precio y cotización a la participación en el régimen. ¡Eso es corrupción carajo! Indigna escucharlo.
La acusación se convirtió inmediatamente en los sectores de opinión pública, y alguno de la política, en un señalamiento grotesco con el dedo que les apunta cada vez más cerca al morenismo colaborador corrupto, y esta corrupción le deja al vocinglerío que inculpa a partir de ahora al régimen presidencial como eso: como el gobierno vende-cargos” ¿Por qué?, pues porque es de grave sospecha que este tema haya sido ocultado entre las sombras y el silencio, ya que una vez revelado el hecho tuvo que ser el ministro Flores el que algo trate de aclarar de manera confusa, mientras que el asambleísta pro-gobierno expuso que todo fue conocido y denunciado al régimen a principios de mayo pasado, y que en un principio se desestimó el caso para luego dirigirle a una investigación en la Fiscalía General del Estado. Lo hiriente del hecho es que, según Mendoza, no es todo lo contado y que “aún hay más” dando a entender que el nivel de corrupción para la adquisición de despachos ministeriales y secretarias de estado en el presente gobierno tiene mucha tela que cortar.
Si se toma en cuenta lo vivido en este último año, hemos pasado con escándalo diario, que ha tenido al régimen como estrella denunciante y censor de la moral de su pasado político, del que el propio presidente muchos de sus ministros y funcionarios fueron parte activa. Ahora, la revelación de este audio disparó las alarmas de un sector de la opinión pública, solo del que tiene acceso al internet o redes sociales o prensa digital como nuestro caso y que tratamos el tema, ya que los demás medios como prensa radio y televisión callaron – como a lo largo de todo el año – en un silencio cómplice con el gobierno del presidente Moreno Garcés, al que se le tolera u oculta sus excesos verbales o sus fallas frente a la nación y esta es una muestra más. Es ese callarse el que ofende para el caso, ya que la posición asumida para enfrentar un escándalo mayúsculo como este, solo aumenta la desconfianza en lo que ha venido haciendo el régimen hasta la fecha, traicionado su propio origen y ahora apartándose de la ética que ha pregonado para caer en lo mismo que acusó a los otros para ser tan similar lo que ha denunciado. Se cayó su discurso ético y transparente para dar paso a la versión crítica de censura a su deshonestidad.
Hay silencios que ofenden, por lo que otorgan y aceptan. Desde el propio presidente Moreno Garcés, pasando por sus secretarios de prensa y vocerías particulares de presidencia, hasta los ministros de estado, muchos de los cuales tienen una hoja de vida intachable y méritos reconocidos, han caído en un estado de sospecha con esta denuncia, ya que no se puede precisar con determinación exacta ¿A cuál ministerio o despacho ministerial se refiere en señor Olivo?, y si es más burdo el reclamo, estoy seguro ya que más de uno gritará en contra de ellos : ¿ Cuánto pagaste por el cargo?, así como también se exige una aclaración puntual que insiste ¿A quién del gobierno de Moreno se le pagó ese millón y medio de dólares por un ministerio?. El que se haya sabido con anterioridad la denuncia y el dejar que se ponga precio para que estalle el escándalo solo aumenta la culpa, toda vez que se puede confundir como una injustificada actitud el que no hayan dicho nada desde la propia sección de comunicación del régimen, o se dé una declaración conjunta de todos los ministros, o una reacción desde las oficinas ministeriales para desmentirlo genera muchas mas dudas y críticas al gobierno por haber guardado silencio.
Fue en el tiempo republicano que Juan Montalvo en su escrito “Las Catilinarias” acusó severo y duro al presidente general Ignacio de Veintimilla de este crimen atroz contra la nación: la venta de cargos. A partir de ese mal tiempo para la patria, siempre se ha dudado del acceso de una persona a un alto puesto de gobierno por su falta de méritos. La duda es ¿A qué llegan?, que motiva a malpensar en contra del designado. Y si no es la burda acusación del pago por el puesto, es lo que van a hacer para recuperar lo pagado y, mas cruda es la inculpación cuando les expone al escarnio público reclamándoles por lo bajo que por sus obras los conoceréis, ya verán lo que van a hacer para beneficiar a quienes les nombraron o les pusieron en el puesto. Entonces, la duda es por lo que hacen en tales cargos y los intereses que defienden los funcionarios lo que mueve al repudio. Que difícil será a partir de ahora el accionar de los ministros o funcionarios de estado en el presente gobierno, porque son mirados con desdén por la sospecha ya que todo será duda y malquerencia.
Peor aún será la aplicación del ojo crítico con el que se asuman las decisiones ministeriales o de secretarías y comisionados ya que todo será esculcado y revisado de manera crítica y censurable por esa sospecha y todo se lo asumirá como el pago para el acceso al cargo ministerial, o defensa de los poderosos intereses de quienes los nombraron. Así, va creciendo en la tendencia de las redes sociales el sentido de cotización y costo de las decisiones ministeriales y sus resultados contra Ecuador, tanto que se extiende el sentimiento de duda contra el ministro de Agricultura, primer involucrado en el escándalo, sin motivos de aclarar. Mas grueso es el asunto por el costo que tendría en el gobierno del presidente Moreno el haber constituido su frente económico con toda la tendencia de gran-empresarios, dejando a todos los otros actores de la economía de lado. La duda crece y crece con la integración al gabinete de un fiel empresario representante de las cámaras, quien llega con la aureola de la sospecha para perdonar las deudas al fisco por las US$ 4.500 millones en tributos a las grandes empresas, o mas de US$ 2.000 millones por el delito de falsa facturación, que perdonaría a mas de 17.790 empresarios que actuaron como presuntos delincuentes, y que provocó la salida del cargo de Director del SRI, por haber denunciado eso justo cuando llegó el ministro. El enigma será resuelto dependiendo lo que haga el gobierno, el presidente Moreno y el funcionario para cobrar esas deudas y encarcelar a los señalados como infractores de la tributación nacional. De eso se habla desde hace rato, pero ahora ha aumentado la versión perniciosa que el inculpa de este tipo de corrupción al gobierno de Lenin Moreno Garcés, y, disculpen: Si no aclaran dejan que las dudas carcoman la conciencia nacional con todo esto.
Como se ha criticado lo anterior como corrupto en el nombramiento de funcionarios, de estos sin que existan denuncias de costo ni pago alguno, en cambio se duda de lo actuado a partir de ahora, por las medidas que se adopten para nombrar a dedo como lo está haciendo la “Junta de Notables” que procede, dispone, posesiona y asume a nuevos funcionarios bajo el amparo de “mandatos” con los que ha procedido a recientes nombramientos. Uno no dudaría de su actuación si no fuese por las recientes disposiciones que dictan bajo el mando del doctor Julio C. Trujillo, para aumentar la sospecha de entrega de cargos al proceder a eliminar ciertos requisitos como buscando poner a alguien sin ese requisito. Me refiero concretamente a la resolución adoptada el pasado martes 6 de junio al quitar el requisito de titulo universitario de cuarto nivel, como abogado con especialidad que se requiere hasta ahora en forma obligatoria para ser nombrado Procurador General del Estado; pues bien, tal parece que ese cargo está destinado a cierta personalidad de alta preferencia del doctor y sus notables, y por lo tanto será nombrada como si nada, sin cumplir ese requisito que se les ha exigido a todos los anteriores procuradores. ¿Es o no una grosera preferencia el retirar el requisito? Desmiéntalo comisionados nombrado en forma legal y respetable al nuevo titular de la Procuraduría, o caerán en la sospecha denunciada.
Lo extraño del caso es que ahora asome CREO, con César Monge a la cabeza, como «queriendo aprovechar el tema» al asumir la presentación de la denuncia en fiscalía, cuando ya el régimen presumiblemente lo había hecho. Eso no se mira bien, ya que da la impresión de que ellos también conocían de la versión, y es mas, la sacan desde alguien que fue de sus filas, porque Mendoza fue de CREO y le botaron al pasarse al morenismo y votar por el nombramiento de la vicepresidenta María Alejandra Vicuña. Como se nota el tema es impresentable.
La denuncia contra el gobierno vende-cargos se vuelve mas dura en su contra al poner a funcionarios a declarar, acusar, ofender y atacar al régimen anterior al grito del “Se lo llevaron todo” pronunciado por el presidente Moreno contra su mentor Rafael Correa, y luego repetida en forma insistente por quienes ahora están en sospecha por la legalidad de sus puestos, y peor aún si se toma en cuenta que fueron funcionarios del régimen anterior, al que lo halagaron y alabaron en forma fingida. Si tan mala fue la experiencia con el gobierno pasado ¿A qué llegaron al actual?, y ¿Por qué defienden su empleo acusando a los otros, siendo parte de estos? A todas luces se vuelve como sospechosa tal conducta, no solo por lo que están haciendo sino porque quizás ellos mismos cometieron los vicios, errores o presuntos delitos que hoy piden que se juzgue desde un cargo al que se duda como llegaron. Ven todo lo que trae esta denuncia.
Al final, ya no basta que el gobierno de Ecuador aclare la denuncia, sino que demuestre la legitimidad de los nombramientos de sus funcionarios de alto nivel. Es preciso que tal valor se dé en función de sus actos que no defiendan intereses protervos contra la nación, ni que se asuman decisiones que sean resultado de beneficio a poderosos grupos que quisieran de esos cargos hacer su botín electoral y por el que habrían pagado alto precio. Si hay algo que se debe conservar en el poder es la dignidad, de lo contrario el régimen puede provocar un sentimiento cruel que los juzgará para siempre: ser señalados como un régimen de corruptos vende-cargos, causando el asco nacional. (FHA)
Fuente: Ecuadorinmediato