Los 25 colegios militares que funcionan en el país están en un proceso de transición entre el sistema militar y el fiscal. Los cambios que está implementando el Ministerio de Educación han generado preocupación en padres y estudiantes, quienes no quieren que se elimine el régimen educativo que imprimieron las FF.AA.
A pesar de que la transición arrancó en 2013, cuando los establecimientos dejaron de ser privados para convertirse en fiscales, lo que significó que la cartera de Estado otorgue cupos anualmente, a partir de este año existen instituciones que ya no están bajo la administración del Ministerio de Defensa.
Originalmente, los 25 colegios eran de responsabilidad de esa cartera, debido a que estaban destinados principalmente a los hijos de los militares. Ahora que la lógica cambió, entre siete y nueve se quedan en la administración de ese Ministerio y la diferencia pasa a la administración de Educación, explicó el titular de esa cartera, Augusto Espinosa, quien añadió que inclusive la propiedad de los predios ya va cambiando.
Transición
La semana pasada, padres y estudiantes de colegios de diferentes provincias, como Cotopaxi, Guayas y Chimborazo, salieron a protestar porque conocieron que los colegios dejarían de ser militares a partir del próximo año lectivo en la Sierra.
Los padres del Colegio Militar de Riobamba enviaron comunicados a los ministerios de Defensa y de Educación para conocer cuáles son los cambios. “Nos llega una respuesta de que nuestro colegio deja totalmente la administración militar y entraba a un proceso de transición”, comentó Jessica Pesántez, madre de dos estudiantes que están en sexto y primero de básica. Ella acudió el pasado miércoles a Quito, junto a otros padres y estudiantes, para protestar.
Roxana Ramírez, madre de dos estudiantes de séptimo y tercero de básica, también viajó a la capital. “Nosotros no queremos que salgan los militares y eso es lo que ellos quieren, quieren hacerles totalmente fiscales”, criticó. Su pedido es que se mantenga la “administración militar, por sus valores y su disciplina”.
Los cambios, según Espinosa, son para establecer con claridad quién estará a cargo de la administración de las instituciones, que incluyen el mantenimiento de la infraestructura, la capacitación de profesores, entre otros aspectos.